Texto y fotografías: Lorena Díaz

-“Yo no tengo chulel, nana.

– Tenés; pero es chiquitío”

Eraclio Zepeda

 

Este proyecto surge al recordar historias que me contaba mi abuelo sobre los nahuales-compañeros animales, compañeros espirituales- que según la cosmovisión son otorgados a algunas personas al nacer y que habitan en los montes y caminos. Yo no nací con un nahual… pero siempre quise tener uno. A partir de una anécdota familiar me di cuenta que a mis hermanos y a mí, mi mamá nos había otorgado un nahual: un cobertor de feria (tan presentes en el imaginario popular). Dicen que las personas y sus nahuales nunca se encuentran de frente. Este proyecto es, para mí, una manera de representarlos, de retratarlos en la cotidianeidad de mi entorno. La forma en que presento algunas de las fotografías planteo, a su vez, una referencia a los paisajes que algunos fotógrafos  colocaban detrás de sus retratados.