Fotos y texto: Matías Sacconi
Trabajo de hormiga (foto 1)
Nunca darse por vencido ni bajar los brazos, jamás desistir ni abandonar ante cualquier adversidad. Bajo estos conceptos nació La Hormiga Roja, un superhéroe sin súper poderes, un superhéroe de carne y hueso. Un soñador impecable, impulsado solo por lo que dicta su corazón, un loco que decidió lanzarse a la aventura de la vida, trazando su propio destino y haciendo de la libertad su única bandera.
A sus 73 años, Esteban Florentin, sigue luchando contra las injusticias, contra la corrupción y contra todos los políticos que no cumplen sus promesas. Su lengua es filosa como una espada y esa su principal arma. Habla y convence, habla y se convence a sí mismo. Y así se le van ocurriendo ideas nuevas, las cuales siempre logra llevar a cabo, como puede, con lo que tenga o con lo que encuentre.
Casa de las culturas (foto 2)
“La Guarida”, su casa, se encuentra ubicada en Jose C. Paz, noroeste del conurbano bonaerense, tiene sus puertas abiertas a cualquier persona que tenga alguna inquietud o alguna idea y quiera desarrollarla para el beneficio de la comunidad.
Operativo Hormiguita (foto 3)
Allí nació, en el año 1982 La Hormiga Roja, el mismo día que Esteban decidió dejar el alcohol. Porque para luchar contra el vicio es necesario tener fuerza de voluntad y trabajar incansablemente día a día, como una hormiga.
Espartanos en lucha (Foto 4)
Así se llama la agrupación que el mismo encabeza, junto a otros jubilados se reúnen a debatir ideas y se organizan para reclamar por sus derechos.
Incansable (fotos 5 y 6)
Desde hace años, Esteban acumula en su casa, denuncias y reclamos al municipio por temas simples y concisos pidiendo asfaltos, cloacas, agua potable, salud pública, entre otros. Ha llegado a recibir amenazas de muerte por su tenaz insistencia.
El legado (foto 7)
Su nieto Emanuel lo acompaña a todos lados. También aprendió a pelearla de muy chico, cuando una enfermedad lo dejo en silla de ruedas. Hoy debe tomar diariamente medicamentos para no sufrir ataques de epilepsia. Su mayor ídolo es, por supuesto La Hormiga Roja, su abuelo.
Hormiga viajera (fotos 8 y 9)
Todos los días Esteban toma dos colectivos y un tren para llegar desde su casa hasta Caminito, en el barrio de La Boca. Donde ya es un personaje conocido y querido por todos los trabajadores del lugar.
Ciudadano del mundo (fotos 10 y 11)
Ni de aquí, ni de allá. La Hormiguita dice ser de ningún lado y de todos a la vez.
Ventana al mundo (fotos 12 y 13)
Desde Caminito, sitio turístico por excelencia, La Hormiga Roja, logra hacer llegar su mensaje y su imagen a todas partes del planeta gracias a los cientos de turistas que visitan el barrio día a día.