Texto y fotografías: Yulian
Para comenzar este ensayo fotográfico, primero, tuve que reflexionar acerca de que cualquier fotografía, por un lado, nos hace creer que gracias a ella, podemos recuperar el sujeto, el acto, el pasado, el instante. Por otro lado, debemos saber que no lo devuelve jamás; al contrario, es la prueba de su pérdida; como mucho, se metamorfosea.
Este trabajo surge con la intención de recuperar el retrato que nunca le realicé a mi difunto abuelo Bruno Martínez, produciendo de esta manera, un cruce entre su historia y mi vida personal.
De esta manera diferentes objetos que le fueron propios, espacios de la casa que habitó y (re)interpretaciones de fotografías extraídas del álbum familiar, tienen como objetivo evocar la ausencia de su imagen.
De esta manera, si la fotografía niega el devenir, es presente eterno, puedo afirmar que no tomo imágenes para recordar, sino, para seguir viviendo.
El quince de Noviembre de 1971 mi familia fijaba domicilio en la Localidad de Monte Chingolo, Lanús Este, cuatro años antes de que se produzca el famoso ataque al Batallón de Arsenales 601 “Coronel Domingo Viejo Bueno”.
Bruno ya era jubilado.
El doce de Enero de 1994 se cancelaba la hipoteca y la casa pasaba a ser propiedad de mi abuelo. El 22 de Junio de ese mismo año nacía yo en un hospital de Bernal. ¿Por qué nunca le realicé un retrato? De ese interrogante y partiendo de la fotocopia de la libreta enroladora comencé a desarrollar una transición. Comencé la búsqueda de objetos, de ponerme en su piel, de intentar sentir. Intentar parecerme a él para rescatar una posible e improbable imagen nunca realizada.
¿Como entablar una relación entre imagen, la casa que él habitó y mi historia personal?
Ponerme en la piel de mi abuelo. Buscar la imagen deseada. Rescatar fotografías inéditas del olvido. Recordar personas que alguna vez me mostró. Su contexto, sus vestimentas. Imagen perdida.
Aparición del documento, en realidad solo una fotocopia. Ver a mi abuelo y no reconocerlo. A su vez, mi padre tampoco. Retrato que se va a repetir una y otra vez entablando un dialogo entre espacio y tiempo. Retrato que busca mimetizarse en el suelo junto a un despliegue de objetos de su pertenencia. Busca ser parte de las superficies que ayer fueron su hogar ,hasta 2009, fecha de su deceso.
Imagen guardada sale a luz. Un pequeño vestigio de recuerdo me remite a un hombre y una mujer, quedando los detalles librados al azar. La memoria no me permite contemplar la fotografía que mi abuelo siempre me mostraba. Nunca sabré si era él, incluso quien era o quien fue. La conexión está presente.
Imágenes ausentes. Luz. Suelo. Maduración. Reflexión. Algunas de las palabras que responden a ¿Qué es La Conexión? ¿ Es acaso, un primer acercamiento dónde la fotografía me permita comenzar a ver nuevamente? La no imagen, no es más que el motor de búsqueda para el retrato que nunca realicé.