Texto: Ariel Silva Zamora

Fotografías: Jesús Hernández

Son los días en que miles de personas huyeron de sus países y caminaron al norte, juntos. Ruta que antes llevaba a sueños y hoy conduce a una pared o un río. Son personas que, como se suele decir cuando ya no hay manera de regresar, quemaron las naves y renunciaron a todo: familia, amigos, casa, barrio, patria y, si se suma todo eso, vida.
Y la travesía es tan difícil por el polvo, las piedras, el sol de las doce del día, las noches largas y a veces frías, la falta de comida y la poca agua; los zapatos viejos, la cartera vacía y la falta de aliados.